Paseo por los tejados [Libre]

Llegaba a Seattle en una de las posiciones traseras de una gran carabana de coches, en ese momento sin prisa ninguna. Habia decidido salir de Forks y ir algun sitio que tuviera mas vida, mas diversion mas... ¡TODO!, hubo un momento en el que aquellos cinco minutos en los que el coche no se podia mover habia parecido una eternidad, porfin esa carabana de coches con gente agetreada que intentaba ir lo mas deprisa que podia se desapareció, conducí por las calles de la ciudad intentando encontrar algo que pareceria imposible alli, aparcamiento.
Tras quince minutos buscandolo lo encontre, bajé del coche y lo cerre con llave y ahora llegaba el momento en el que intentaria buscar algo divertido que hacer, caminaba por la acera entre la agetreada gente notando alguna mirada perdida que se clavaba en mi, no tantas como en Forks pero si alguna que otra.

Después de alejarse del último clan semin nómada que le acogiese, Len decidió que era el momento de empezar su carrera por convertirse en uno de los Volturi, por lo cual abandonó la calidez de centroamérica para viajar al norte, a los Estados Unidos, donde buscaría dar con los Cullen antes que cualquier otra cosa. No le llevó demasiado, mucho menos por la increíble velocidad de la cual era poseedor, incluso creyendo que rivalizaba con el mismo Hermes.

Cuando por fin llegó a Norteamérica, iba ataviado con unos vaqueros azul marinos bien conservados, una camisa negra con letras verdes que decían "Green Day Death", un par de negras caterpillar y unas gafas oscura para resaltar su toque rebelde. Había conservado esa imagen de chico malo desde hacía un tiempo, cuando la década de los ochentas empezase y él se viera dentro de una pequeña cofradía de asesinos.

Lentamente avanzó a lo largo del país hasta llegar a Seattle, una noche bastante nublada y con amenaza de tormenta, situación notoriamente favorable para él dado que la realeza vampirica no gustaba mucho con la propagación del secreto sobre la existencia de los inmortales. Además, recordó, se rumoraba que existían hombres lobo en aquella parte del mundo, poderosas criaturas que seguramente serían una molestia si se cruzaban en su camino pero que, esperaba no fuese el caso, al menos en durante una larga temporada o mientras estuviese en ese continente.

Le fue evidente que aquella ciudad estaba repleta de personas con tan solo caminar entre ellas, siempre cuidando de no tocarles para evitar cualquier sospecha. Probablemente se divertiría ahí, probablemente tendría mucha acción y el motivo de su búsqueda no sería tan terriblemente tedioso y fastidioso como lo anticipara en un comienzo. A pesar de ir inmerso en sus cavilaciones, pronto su olfato le sacó de las mismas, al percibir la esencia de otro inmortal, ante lo cual no hizo menos que mover los labios hasta adquirir algo semejante a una sonrisa en su rostro. Dirigió sus ojos negros en dirección a aquella chica, quedándose parado sin decir una sola palabra, esperando a que la suerte le sonriese de pronto.

Continue caminando, introduje mis manos en el vaquero de color azul algo desgastado que tenia algun que otro agujero cosa que estaba muy de moda, me arremange una de las mangas de la sudadera blanca que llevaba, continue notando miradas clavadas en mi, algun que otro cuchicheo sobre "que guapa" o cosas asi que ya terminaban por hacerse habituales en cualquier parte del mundo y en cualquier idioma.
Continue caminando cuando vi de refilon a un hombre que se habia parado y que me observaba con lo que cualquiera llamaria disimulo, y yo llamaba descaro, conforme me acercaba a el me di cuenta de que su olor cambiaba con forme al resto de los humanos de la ciudad, pase por su lado sin detenerme, sin hacer caso omiso a si me hablaba o no, camine por la abarrotada calle escuchando como los pasos casi inexistentes de ese vampiro comenzaban a seguirme, entre en un callejon repleto de basura de un restaurante chino que habia justo al lado, mire a ambos lados y clavando escasamente los dedos en la pared de ladrillos subí sin mucha dificultad al tejado de este, quedandome alli parada mirando por donde habia subido con los brazos cruzados hasta que llegase a donde estaba yo.

La otra inmortal había pasado como si nada a su lado, cosa que se le antojo como un claro indicador que le invitaba a seguirla. Giró sobre sí para enfilarse al sitio donde ella iba, andando a paso ligero, casi flotando entre las personas que, a pesar de la hora, eran demasiadas. La vida nocturna de una urbe así no se comparaba en lo más mínimo con las desérticas calles de Guatemala, Lima y otros tanto sitios donde operase en un pasado no tan lejano en compañía de sus "socios" temporales. Pensó qué habría sido de ellos mientras daba la vuelta para ingresar al callejón parcialmente abandonado donde el aroma de la vampiresa se escondiese.

Alcanzó a divisar como una silueta trapaba rápidamente por un muro hasta desaparecer de pronto. Rió suavemente mientras movía la cabeza de un lado a otro en un par de ocasiones, preparándose para repetir aquella acrobacia, pero a su propio estilo. Dando un par de pasos atrás, tomó impulso y saltó sobre una de las paredes laterales, rebotando hacia la opuesta hasta llegar a la parte de arriba, aterrizando con un mortal para terminar perfectamente de pie. Echó un vistazo al cielo de Seattle, con sus ojos oscuros como las mismas tinieblas.

-No creí encontrarme con más inmortales tan pronto- dijo súbitamente Len con voz amable, sonrisa afable y llevando ambos brazos a la altura del pecho.

Le mire desde mi posicion con los brazos cruzados sobre el pecho - Yo no esperaba encontrar un vampiro de ojos rojos en una de las ciudades con mas transito de la peninsula Olympic - dije mirandole con una pequeña sonrisa que no mostraba los dientes simplemente se dibujaba en sus labios.
Camine un par de pasos hacia atras apollandome en uno de los filtros de aire de los restaurantes que habia abajo del todo - ¿Que hace alguien como tu por aqui? - le pregunte mirandole con la misma sonrisa de antes mirandole o porlomenos intentar mirar sus ojos sin ver del todo el color de estos en ese momento.

Rió ante las palabras de la inmortal, como si en aquello encontrara una especie de interesante y peculiar chiste del cual quizás ni ella misma se había percatado. Simuló dejar escapar un suspiro, puesto que en sus manos ya no estaba aquella acción de forma voluntaria, tanto como el respirar se convirtiese en un simple medio para pasar desapercibido entre los humanos. Dio unos pasos hasta colocarse al borde del techo, mirando distraídamente al frente, contemplando la inmensidad de la urbe desde ese sitio tan particularmente asaroso.

-Solo vengo de paseo, soy un sencillo viajero que tenía ganas de visitar Estados Unidos después de varios años de no venir por aquí... y quizás tengo curiosidad por ver a la familia que fue capaz de enfrentar a los Volturi- agregó como si aquello tuviera una mínima importancia en su jornada por el mundo.

Giró sobre sus talones, dejando éstos en el borde del tejado, plenamente confiado de sus habilidades equilibristas.

Observo cada uno de sus movimientos con cuidado, sin hacer desaparecer la sonrisa de mis labios, escuche el tema de la familia solamente habia conocido una familia alli, si se le podia llamar conocer porque solo habia conocido a Rosalie, me encojí de hombros mirandole - Ya veo... - dije dandole el interes del que carecia, la verda habia oido hablar de los vulturis pero no tenia ningun interes en conocerlos, por lo que sabia yo seria una suculenta y buena aprendiz para su guardia por mi don tan... especial.

Rápidamente se sentó al filo del techo, en un movimiento que habría parecido casi una teletransportación para un ojo humano cualquiera, pero que para un inmortal era semejante a ver a alguien saltar y dejarse caer. Acto seguido recargó la espalda en el suelo, poniendo las manos entrelazadas a la altura de la nuca. Cerró los ojos, percibiendo el aroma de los desperdicios del restaurante, la rugosidad del techo en mal estado y de un color grisáceo. Len mesuró las posibilidades de quedarse ahí hasta el amanecer, pero entonces recordó que no conocía la ciudad, por lo cual lo mejor era aprovechar la oportunidad que se le parecía presentar. Se aclaró la garganta un instante, abriendo los ojos para mirar en dirección a la vampiresa.

-¿Vives por aquí?- inquirió con un particular tono de curiosidad en la voz mientras continuaba en aquella pose completamente relajada que adoptase.

Observaba sus movimientos y escuche su pregunta "¿para que quiere saberlo?" me pregunte para mi y nege con la cabeza - No, vivo en un pueblo no muy lejos de aqui - dije mirandole algo confundida - ¿Porque lo preguntas? - le pregunte con autentica curiosidad de que pretenderia hacer o en que pensaba para que yo el ayudara a hacer, le mire sonriente como antes esperando que su respuesta no se refiriese a nada de matar ningun humano puesto que esa mala costumbre la habia perdido hacia ya bastante tiempo.

Asintió como pudo a la respuesta conseguida de la vampiresa, estirándose un poco como si realmente estuviera cansado y fuera un humano todavía. Miró sus ojos para darse cuenta de que pertenecía a aquellos que respetaban la vida mortal en la medida de lo posible... que infortunio, desaprovechar las ventajas que la vida... o la muerte daban. Se puso en pie, girando hacia atrás para después incorporarse de un salto, justo como en sus días en el circo europeo en el cual trabajara. Dedicó una mirada significativa a la vampiresa, para después devolver la cortesía y contestar.

-Uno nunca sabe cuando puede necesitar un sitio donde "dormir" hasta el amanecer. Ya sabes, a los Volturi no les agrada mucho que nosotros andemos brillando por ahí sin su autorización- dijo riendo ante sus propias palabras con tono alegre y divertido- Sin contar claro, que me pregunto que lugares son buenos para divertirse por aquí o conseguir un empleo... modesto- concluyó dando un particular énfasis a la última palabra.

Rei de una manera algo escandalosa cuando menciono la parte de brillar ante la luz del sol - No te preocupes que en esta zona no da mucho el sol que digamos - dije mirandole, y era cierto desde que habia llegado a la peninsula olimpic era rara la vez que habia visto el sol, una o dos veces, el resto de los dias hacia algo de fresco y nubes de lluvia decoraban el cielo - Bueno y... ¿Quien a dicho que yo te valla a dejar "dormir" en mi casa? - le pregunte mirandole haciendo desaparecer mi sonrisa para parecer seria, cosa que no era mucho que digamos - No te conozco y nisiquiera se tu nombre - dije mirandole algo ironica.

Chasqueó los dedos ante la especie de broma-comentario acerca del nuboso y constante clima de aquella parte del mundo, cosa que resultó bueno a los ojos de Lennard, quien esperaba entonces poder deambular por ahí sin muchas dificultades. No obstante, soltó una carcajada cuando oyó lo inmediatamente seguido, dando un par de aplausos al aire. Negó con la cabeza amablemente, cosa que no solía realizar muy amenudo, y luego se acercó hasta la vampiresa, torciendo los labios a la derecha casi imperceptiblemente, mientras en su rostro se plasmaba una expresión algo socarrona.

-No es que no me agrades, pero, ¿cuándo dije que quería que me invitaras a tu casa?- respondió a manera de burla Lennard, posando su diestra sobre el hombre izquierdo de la inmortal apenas un par de segundos- Ah, me llamo Eisenberg, Lennard Eisenberg- agregó haciendo una reverencia al estilo cortesano que aprendiese varios años atrás, cuando todavía era humano- Pensaba en encontrar, no sé, un hotel, un pequeño departamento y un trabajo sencillo con el cual mantenerme mientras puedo emigrar a Italia.... Supongo que ahora tendré la fortuna de saber tu nombre, ¿verdad?- finalizó con un toque de gallardía y picardía al mismo tiempo, cosas que sabía combinar a la perfección

Observo todos sus movimientos analizandolos dandole a entender que al igual que ella, el seguia haciendo pequeños movimientos o manias de su vida de humano, note como su fuerte mano se posaba en mi hombroque luego retiro de alli, escuche su presentacion intentando recordar todos los apellidos que habia conocido a lo largo de sus dos siglos de vida, resaltando para si misma la buena memoria que poseia, sin obtener ninguna coincidencia - Mi nombre es Agatha - dije mirandole y sonrei de una forma escasa, una pequeña curba en mis labios - Agatha Silver... - hice una pequeña pausa dudosa de si mencionar el apellido que aun conservaba de sus ultimos buenos recuerdos, nege con la cabeza y me auto corregi - Agatha Amston - termine diciendo de una manera firme y segura de lo que habia dicho.
- Posiblemente puedas encontrarlo pero... - vale si era lo suficientemente loca y valiente como para invitarle a que viniera a mi casa, al fin y al cabo no tenia nada que perder vivo en una casa demasiado grande para mi sola , termine pensando - ... Si necesitas un sitio donde alojarte el tiempo que pases aqui,... Soy buena haciendo favores - añadi mirandole.

Agatha, el nombre le gustaba, por alguna razón que no alcanzó a comprender exactamente, o que realmente no le interesó averiguar exactamente. Prestó atención a los apellidos, que cambiaron en menos de un minuto. Indagar el motivo no era de su incumbencia, la acababa de conocer y seguramente ella poseería sus motivaciones para hacerse llamar Amston, o Silver, o lo que fuera.

Claro, esbosó una sonrisa más pícara cuando Agatha le ofreció alojarse donde ella. ¿Podía rechazar la oferta? Si, pero no estaba en la disposición de continuar de seguir rastreando un sitio donde hacer su "guarida" Temporalmente, estaría bien para él.

-Bueno, si insistes, no tengo ningún problema en aceptar... Además, supongo que se me da bien eso de hacer labores hogareñas de vez en cuando- entonces contempló un interesante detalle- Imagino que después querrás que te devuelva el favor, ¿cierto?- concluyó mientras echaba un nuevo vistazo a la noche nublada que cubría con su oscuro manto las calles de Seattle.

Sonrei al ver su aceptacion camine hacia el sin llegar a acercarme - No tengo prisa en que me lo devuelvas - dije y corri dando un salto en el borde del edificio callendo en el siguiente tejado produciendo un ruido seco al caer, espere que Leenard hiciera lo mismo al fin y al cabo, habia aceptado quedarse en su casa.

Meneó la cabeza apenas escuchó las palabras de la vampiresa, estaba preparado para tener que hacer alguna clase de favor más adelante a cambio de las facilidades que le serían ofrecidas, siempre estaba listo, sin contar que tampoco podía causar demasiados estragos teniendo en cuenta que era recién llegado. Miró a Agatha saltar al otro techo, ante lo cual se encaminó al borde, deteniéndose a un par de pasos. Arrojó el cuerpo al frente, quedando parado de manos durante una fracción para terminar impulsándose de esa manera y dar un salto acrobático que le llevó del otro lado sin dificultades, a pesar de la distancia que separaba los edificios.

-Me pregunto si ahora iremos de paseo- murmuró Lennard al reincorporarse por completo

Recibió como respuesta algo que casi podía anticipar en cierto, sentido. Agatha no parecía la clase de persona que se conforma con estar parada mirando el cielo, mucho menos sentada esperando a que las cosas sucedan. Sin duda, en ello se parecían un tanto, Lennard tampoco gustaba por permanecer pacivo, aguardando acción, aunque siempre que debía hacerlo se resignaba a ello.

Enarcó una ceja tras oir la interrogante formulada por su interlocutora. Si bien era cierto que había mencionado el apellido de los señores de Volterra, también era cierto que no comprendía del todo a qué se refería Agatha.

-¿Qué me ocurre con los Volturi?- repitió todavía extrañado- ¿A qué te refieres con eso?

Caminaba a su lado mirandole y rei cuando me pregunto:
- Dijiste que permanecerias un tiempo aqui hasta que fuera el momento de ir a ver a los Vulturis, por eso te pregunte ¿que te ocurre con ellos esactamente? - la pregunta ocultaba algo de curiosidad, yo habia escuchado hablar de ellos pero nunca habia conocido a ninguno, y por el momento tampoco queria que ocurriera.

Lennard dibujó una sonrisa en su rostro, lo que él no entendía era el significado de la pregunta, la manera en que había elegido sus palabras. Sin embargo, pronto comprendió todo y meneó la cabeza un par de ocasiones. Echó un vistazo al cielo, a la ciudad debajo y luego a Agatha, para entonces responder con un tono medio bromista.

-Bueno, siempre he querido conocer a los Volturi- contestó guardando el verdadero motivo de sus deseos de viajar a Italia- Han vivido más que cualquiera de nosotros y seguro tendrán mucho que contar

Le mire con algo de ironia, me parecia increible que un vampiro como el, que parecia educado, posiblemente de los pocos que podia gustarle mostrar cariño quisiera conocer a aquellos vampiros de los que todos hablan por propio temor o simplemente para advertir a algunos vampiros de ellos, entonces recorde cuando fue la primera vez que escuche hablar de ellos y fue a los cinco años de ser convertida cuando estaba en la frontera de italia con Francia un vampiro me advirtio de ellos por lo que evite ir a Volterra a toda costa :
- Creo que eres de los pocos o el unico que quiere ir a que los Vulturis te cuenten historias para antes de dormir - dije mirandole y encojiendome de hombros.

Una alegre carcajada salió de la garganta de Lennard, quien tuvo que detenerse un instante para recobrarse después de la manera en que Agatha se expresara. Por un momento recordó que llevaba demasiado tiempo viajando y que apenas podía recordar la última ocasión en la que tuviese la oportunidad de reirse de esa forma tan, escandalosa, cierto sentido. Dirigó una mirada a Agatha mientras reemprendía el viaje por los techos, unos más bajos que otros, algunos regulares y otros con notables deformaciones.

-Si así fuera, pasaría una eternidad antes de que lograran hacerme dormir- dijo al tiempo que volvía a reir- Admiro a los Volturi, no creo que sea fácil darte a conocer en un mundo tan secreto como el nuestro y al mismo tiempo ser capaz de gobernarlo. Además, me han dicho que son sofisticados.

Le mire nuevamente - Si por sofisticados te refieres a exageradamente estrictos, asi es - dije mirandole continuando caminando por los tejados, di un salto no muy grande para llegar a otro tejado y no tube ni que esperar cuando Leenard estaba a mi lado, "muy rapido" pense mirandole - Y... Segun tu punto de vista son admirados segun el mio, son temidos, si son conocidos es porque todos los vampiros saben que los Volturis poseen grandes poderes que son capaces de destruir incluso a otros vampiros, pero no son los unicos con poderes - añadi prosiguiendo el paso junto a el.

Estrictos... por un momento le pasó por la mente desafiarles, ir contra ellos y romper sus reglas, confiando en que su enorme velocidad sería suficiente para dejarlos atrás. Claro, no siempre podría escapar del omnipotente brazo de los Volturi... pero sonaba divertido sin duda alguna. Siguió a Agatha sin mayores dificultades, posando una mano en el suelo para dar una vuelta sobre sí mismo y alcanzar el siguiente tejado. Continuó escuchando a su interlocutora, quien parecía diferir notablemente de su opinión sobre los Volturi, no la culpaba, estaba en lo correcto en cierto modo.

-Por eso el mundo es tan genial, por la diversidad de ideas- señaló de pronto- Claro, te concedo la razón, no son los únicos con dotes, eso es un hecho. Aún así, supongo que sería entretenido tener una charla con el maestro Aro

Volvi a mirarle esta vez de una manera ironica cuando menciono su comentario de "seria entretenido tener una charla con el maestro Aro" - Aro no mantiene charlas a no ser que le interese - dije mirandole algo ironica - Si le interesas tendra contigo las charlas que haga falta, con la intencion de que te unas a el, si no tiene interes en ti, simplemente te concedera el placer de verle la cara para ser o torturado o asesinado pues se tomaria tu visita como una ofensa - le dije mirandole y recordando a un vampiro que habia conocido muchos años atras el cual, habia terminado asesinado o a saber que otra cosa.