Un viaje a Volterra {Libre}

Se hacía tarde, poco a poco mi primer día en Volterra terminaría. El sol se escondía y la gente parecía ir abandonando el centro, aunque claro, algunos turistas ignorantes como yo no dudaban en quedarse.
Por allí se escuchaban varias leyendas sobre antiguos vampiros y que, si mal no recuerdo de la clase de historia, la ciudad estaba limpia. Ja, ¿limpia de qué? Desde mi llegada se había hecho evidente la presencia de lo que para mí eran "Los vampiros de Volterra".
De cualquier manera, no creí tener por qué preocuparme. Yo sabía de ellos, pero ellos no de mí. ¿Cómo reconocerían a una aprendiz de cazadora que fingía ignorar la existencia de tales criaturas? Era difícil.
Mi objetivo en Volterra no era nada parecido al de un espía. No había ido en busca de información o problemas, más bien podría decirse que hasta me había escapado en secreto de la orden… Había ido allí por un premio, un pasaje con hotel y servicios pagados.
Lo había ganado un año antes, todo por un cupón que coloqué de casualidad. Luego comencé a aprender sobre como cazar vampiros, se complicaron mis estudios y me olvidé de ello. Y hacía unos días, una carta me llegó advirtiéndome que pronto vencerían y me sería imposible utilizarlos, por lo que partí a Volterra.
Allí todo parecía tranquilo, tal como se suponía que debía estar, sin vampiros. Caminé un rato dando vueltas por el lugar, deslumbrada por la maravillosa arquitectura, algo que por Forks no se apreciaba. Luego de unas vueltas, me senté a unos metros de unos locales de suvenires, sobre una banca de cemento.