Inevitable reencuentro {Demetri}

Se hacía de noche en la ciudad de Volterra, el cielo estaba ya cubierto, la luz del sol escondida tras la montaña le daba el momento perfecto para poder salir a la calle tranquilamente y sin la necesidad de esconderse entre las sombras. Cuando el sol no topaba su piel era la ocación para poder estar libre, aquello le agradaba ya que no le gustaba tener que esconderse, prefería poder simplemente estar e ir donde ella quisiese cuando quisiese. Todavía no podía entender que es lo que la había llevado a Volterra nuevamente, se había prometido no regresar a aquella detestable ciudad, que jamás siquiera se toparía por gusto propio con algún Volturi, pese a que no había salido de la guardia con rencor hacia nadie...bueno, hacia casi nadie, puesto que uno de sus miembros se había ganado su hostilidad creía que eternamente, pero llevaba un siglo vagando por el mundo en solitario solamente evitardo lo más posible encontrarse con Demetri, y ahora extrañaba volver a ver a los integrantes de la guardia, pese a que seguía sin interesarse en ver a Demetri, si estaba ansiosa de encontrarse con sus compañeras especialmente.

Había llegado temprano ese día, pero había permanecido en el cuarto que había alquilado para pasar el rato, no se atrevía a salir, no podía negar el nerviosismo que tenía con solo pensar en volver a encontrarse a aquel vampiro que había deshecho toda su vida, que había cambiado todo y llevado a dejar a la guardia y convertirse en una nómada durante tanto tiempo, pero sabía que era tiempo de enfrentar las cosas, no podía huir eternamente, sabía que tarde o temprano tendría que verse cara a cara con él, y ella era una mujer fuerte, sería capaz de dejarlo pasar...aunque olvidar, nunca.

Las calles estaban bastante atestadas de gente, había olvidado que durante aquel período de tiempo se celebraba en Volterra, así que no podía esperar que no hubiese gente deambulando, lo que significaba que no tendría que buscar demaciado para alimentarse, un turista más o uno menos no hacian la diferencia. Pasaba de una calle a otra algo ausente, buscando a través del aroma, viendo si entre ellos lograba reconocer algún aroma conocido...y para su buena o mala suerte, un aroma demaciado conocido para ella llegó a sus fosas nasales. Sus sentidos se pusieron alerta y pensó huir, pero aquello no sería maduro, así que simplemente permanecí de pie esperando que lo unevitable ocurriese.

Y allí estaba, tan altivo como siempre, aunque ella lo conocía bastante bien y sabía que tenía una pequeña y casi imperceptible postura tensa, aunque rápidamente la recompuso, algo también bastante típico en él, no le gustaba demaciado demostrar sus sentimientos y lo sabía, Mel se había convertido en aquel estilo de persona, tampoco demostraba demaciado sus sentimientos, este siglo de lejanía le había servido para reordenar sus pensamientos, para aprender a esconder sus emociones y ser simplemente una chica fria y sin sentimientos, lo que para Mel ahora era realmente bueno y util, puesto que necesitaba poder controlarse en frente de Demetri, más ahora que lo vería bastante seguido.

Sonrió sinicamente mientras se acercaba al chico, sintiendo como dentro de ella volvia a aparecer aquel agujero que parecía querer devorarla completamente, aunque no lo demostro nisiqueira un poco con su expresión, que seguía tan tranquila e irónica como en un comienzo -no te preocupes Demetri, no escapo de ti, no me hace falta - respondió mientras se acomodaba el cabello con una de sus manos y continuaba con la mirada fija en el chico. De esa forma me sería más facil, mientras mas cerca más facil acostumbrarse a esto - solamente no habíamos tenido el placer de vernos nuevamente - dijo lo último bastante irónicamente.

Las decadas y decadas lejos de esta cuidad hacían darse cuenta a la chica lo mucho que había estrañado este lugar pese a lo ocurrido, extrañaba su vida anterior, aquellas misiones, sentirse parte de algo y no tener que vagar, no sentir la necesidad de escapar de algo, de esconderse como rata asustada, ella no era así, jamás había sentido la necesidad de escapar de nada ni nadie, y esta vez estaba volviendo a su verdaderp origen, ella haría lo que quisiera, Demetri no volvería a afectarla del modo en el que lo había hecho en el pasado, ahora ella era más fuerte que eso, y él ya no influia en ella como antes.

La chica le sonrió falsamente ante la respuesta de sus palabras...Demetri no podía evitar aquella forma de ser, tal como había conocido alguna vez en sus inicios dentro de la guardía, aquella frialdad característica de los Volturis, que los caracterizaba a cada uno de ellos, aunque claro, podía percibirse si se los conocia bastante bien que dentro de aquella coraza existía algo más que simplemente aquella frialdad. Ella había cometido el error un siglo atrás de pensar que aquel vampiro que tenía frente a ella también entraba dentro de ese grupo, que pese a su coraza, aquella que demostraba al mundo se escondía un chico que realmente podia ser capaz de sentir, se había enamorado de él como una tonta y luego había pagado las consecuencias, el rechazo. Ilusa e inocente, algo de lo cual no quedaba absolutamente nada, Melinda había cambiado como el de día cambiaba a noche, solamente que esta vez no había posibilidad de vuelta al día, la dulce chica que alguna vez había llegado a ser por él se había desvanecido con su rechazo, ahora simplemente estaba de vuelta porque era su vida, porque su forma de ser se lo decía y ella no era de aquellas que se dejaban vencer por simples estupideces - si, si lo se...estoy esgura de que recuerdas que pase tiempo siendo tu compañera dentro de la guardia - le comentó con desdén y algo de sarcasmo mientras rodaba los ojos.

Aquel encuentro ya la estaba astiando, no quería tener que fingir que estaba cómoda frente a él, no quería tener que fingir que le agradaba volver a verlo ni que aún tenía afecto por él, siendo que sinceramente lo detestaba, era una mujer rencorosa, siempre lo había sido y probablemente lo sería, y pese a que había dejado atrás aquella parte detestable de su vida vampírica, no olvidaría la humillación que había pasado y como se había sentido...estafada, egañada, pisoteada, cosas que una chica orgullosa como Melinda no olvidaban, y para ella mientras más lejana tuviese a Demetri de ella, tanto mejor - es un placer para mi estar de vuelta en la guardia - comentó dirigiendo la respuesta más ampliamente, no le gustaba mentir cuando no era necesario, y no diría que era un placer verlo cuando no lo era, aunque su cuerpo dijiese lo contrario al sentirlo junto a ella.

Las manos de la chica se convirtieron en puños ante su respuesta sarcástica, pero debía haberlo esperado, Demetri no era de los que se quedaban atrás, siempre debía estar por sobre los demás, nunca podía quedar por debajo, siempre demostrando su superioridad, era característico a él, aunque para la chica debía ser algo que realmente ya sabía, creía haber llegado a conocerlo bastante bien, tal vez menos de lo que él la conocía a ella, pero aún así su grado de conocimiento hacia el chico era considerable.

Y allí estaba de nuevo, aquella arrogancia característica, aquella forma de ser fria y superior al resto, cosas que había pasado por alto la primera vez, pensando que realmente sería diferente, que ella podía lograr que fuese diferente - como olvidarlo - dijo contestando a su segunda pregunta...era realmente imposible olvidar que él había sido su creador. Su rostro era todo lo que recordaba claramente de su vida humana, era lo último que había visto en su antigua y debil condición, y lo primero en su condición actual, aquel endemoniado vampiro estaría presente siempre en sus recuerdos le gustara a ella o no, era algo que no podía dejar de maldecir cada día de su inmortal vida - supongo que mentir fue algo que no lograste enseñarme bien, querido...supongo que demostrar mis sentimientos es algo que no puedo evitar cuando estás cerca - dijo la chica aludiendo tanto a la actualidad y su hostilidad notable hacia el chico, y aquel estado en el que se encontraba al momento de partir, y su inposibilidad de reservar sus sentimientos hacia él aquella primera ves. Había algo en el chico que le impedía mostrar su careta totalmente, lo que le desagradaba enormemente, pero ante lo que realmente no podía hacer nada...y demonios que le molestaba. Quería demostrarle que no le interesaba en lo absoluto lo que pasaba con él, que su presencia no le incomodaba en lo más mínimo, pero aquello era algo imposible, aunque no por eso dejaría de comportarse así con él, y si le desagradaba, podía irse al demonio.

Pensaba que jamás se atrevería a tocar aquel tema...realmente la chica pensaba que dentro de todo aquel ser frio e inpenetraba quedaba al menos algo de tacto con respecto a aquellos temas que no eran del total agrado de la chica, pero se había equivocado, todos aquellos años de rencor en contra de Demetri se habían reavivido solamente con aquellas pocas palabras. El chico estaba demostrando ser tan despreciable como ella lo había pintado durante todos aquellos años. Despues de tanto tiempo fuera se había cuestionado si tal vez su reacción no había sido demaciado exagerada al retirarse de la guardia solamente porque Demetri no correspondía sus sentimientos, pensando que el ella había sido la única culpable de todo, que su error había sido dejarse invadir por sentimientos que nada aportaban a su condición ni a su vida, pero tanto tiempo viviendo al lado de Chelsea y Afton, además de aquella ingenuidad que había conservado de su humanidad le habian jugado una mala pasada, que tal vez era posible volver las cosas atrás y dejar el pasado donde debía permanecer...en el pasado, pero se había dado cuenta de que no era posible, que no sería posible convivir nuevamente con Demetri sin tener presente aquella noche, aquella maldita noche que no podía olvidar.

--Flash Back--
Once y cuarenta minutos, el castillo como siempre se encontraba en silencio. sabía que toda la guardía estaba dentro de él, pero su tamaño hacía bastante imposible que hubiese ruido, las murallas absorvían bastante bien cada ruido que dentro de ellas se producía, por lo que era el escenario perfecto, había planeado esto desde hace semanas, se había cuestionado mi decision miles de veces, buscando miles de negativas ante lo que iba a hacer, pero siempre aparecía el bichito que la incitaba a simplemente arriesgarse, que nada perdería solo con intentarlo, que tal vez podría ser bueno para ella, que tal vez sus esperanzas no eran en vano.

Caminó a paso rápido hacia donde sabía encontraria al chico. Se armó de valor respirando profundamente varias veces antes de empujar las enormes puertas de roble que la separaban de Demetro, y con el rosto impacible, con el estómago totalmente tomado y cada terminación nerviosa de su cuerpo alerta, se preparó para lo que para ella sería, quizás el comienzo de algo...

--Fin Flash Back--

Lo que Mel no sabía era que realmente si había traido consecuencias, y la única que había sufrido aquellas había sido ella misma. Jamás se había sentido tan...desechable como aquel día, no estaba acontumbrada al rechazo, nunca lo había sufrido, y aunque así fuese jamás lo habría importando, pero en aquel momento fue algo que logró que una fibra interior se rezgara totalmente. Por primera vez se atrevía a sentir algo, se había elevado pensando que tal vez aquello no era una idea tan alocada, y había caído como quien cae de un precipicio, y la caída no había sido agradable. Ahora estaba aqui, frente a él con aquella herida nuevamente abierta y por un segundo todo el dolor que había sentido en aquel momento pudo verse reflejado en sus ojos, pero rápidamente recobro la compostura dirigiendole una fria mirada y una sonrisa falsa nuevamente - no tengo tiempo de redordad estupideces, de hecho no tengo más tiempo para perderlo contigo, así que con tu permiso, me restiro - dijo mientras inclinaba levamente la cabeza y se giraba sintiendo como aquel agujero que había sentido aquella fatídica noche volvía a crecer dentro de ella, preguntandose si había sido una buena idea volver a Volterra o había sido el peor error tomado despues de el anterior aquella noche.

Si no corría en aquel momento era solo porque la calle estaba atestada de gente y se vería demaciado extraño que una chica simplemente desapareciera de un momento a otro. Teníamos prohibido exponernos a los humanos, por lo que debía parecer lo más humana posible, así que no pudo hacer más que seguir con aquella lenta y torturosa caminata alejandose lo más rápido que podía de aquel odioso lugar. Ahora no quedaba más que refugiarse en el castillo, tratar de volver a lo que fue en algún momento su estadía...solamente que no podía ser igual que antes, pero podía ser lo más parecido, solamente debía tratar mantenerse lo más alejada de Demetri que pudiese y de aquella forma todo iría bien, no sería problema verlo lo menos posible, el castillo era grande y en el pasado no solíamos participar en las mismas misiones, así que podía intentar simplemente pensar que él ni existía y dedicarse a los demás integrantes de la guardia. No podía ser tan dificil.

No había ni alcanzado a dar más de diez pasos cuando una mano firme cogió uno de mis brazos obligandome a detener, tenía más fuerza que yo, además de que jamás me atrevería a armar un alboroto en la mitad de la calle, respetaba lo suficiente Volterra a los maestros como para provocar algun distubio que podría causar problemas. Mel giró rápidamente con una mirada envenenada en su rostro y los labios contraídos de disgusto al escuchar aquel tono autoritario, y pese a que lo odiase, sabía que él tenía algún poder sobre ella, no solo era un vampiro de más rango dentro de la guardia, sino que también era su creador.

Una carcajada de ironía escapó de sus labios al escucharlo decir aquel "no quise decir eso"...era claro para la chica que si había querido decirlo, Demetri siempre había sido letal, y no solamente en la lucha, sino que tenía su lengua tan afilada que sabía exáctamente donde atacar, aquello había quedado más que claro hace algunos minutos, había querido decirlo para frenarla, y bien que lo había logrado - Sueltame...no es necesario que me mientras, quisiste decirlo - dijo de forme contenida mientras sacudía su brazo para que el chico la soltase - si tu fin era recordarme que me rechazaste hace un siglo, no te preocupes, lo tengo más que claro, no es necesario que me recuerdes que fue una estúpida en aquel entonces...ahora suéltame - volvió a decir ahora un tanto más fuerte deslitando tanto veneno como era capaz.

Centró su vista en él cuando el chico soltó una carcajada que hizo que todas las personas que se encontraban cerca se voltearan a ver lo que estaba sucediendo entre ellos. Detestaba ser el centro de atención de las personas, así que aquella situación era totalmente desagradable para ella, y sabía que al igual lo era para él, pero aún así no iba a dar el brazo a torcer, el chico solamente debía soltarla y dejar que se fuese, no sacaba nada con aquella conversación, no los llevaría a ninguna parte y ninguno estaba demaciado agradecido de la conversación.

Pude percatarme de la mirada de indecisión de algunos humanos.Acercarse o no acercarse, aquel era el problema, los humanos pese a ser bastante ilusos noeran estúpidos, podían sentir el peligro de acercarse, seguramente Demetri no permetiría que nos molestasen, más aún en el estado en el que se encontraba, estaba molesto, podía notarlo con demaciada claridad, y no me interesaba en lo más mínimo.

Cuando Demetri se acercó hacia ella y sus labios rozaron levemente su oído el cuerpo de la chica no puedo evitar estremecerse. Demonios - penso - no puedes siquiera controlar tu cuerpo?. No podía dejar de recriminarse las sensaciones que el simple contacto del chico le provocaban, pero pese a todo no se dejaría vencer, ella era una chica fuerte, y Demetri no volvería hacerla caer, no otra vez - no gastes tiempo ni palabras, no te creo, ni me importa - le dijo mientras mantenía sus brazos firmemente pegados a su cuerpo y la expresion fria en su rostro, aunque fuera cada vez más dificil mantenerla.

La chica soltó todo el aire que había estado reteniendo hace aproximadamente un minuto, haciendo un sonido bastante parecido a un bufido, mientras trataba de despejar sus pensamientos, de dejar de pensar en lo bien que se sentía así con Demetri. Sus uñas se enterraron en la palma de las manos para mantener las manos así como estaban, a sus costados y fuertemente apretando contra sus costados, ya que extrañamente y a pesar de todos sus sentimientos de odio contra el chico, en aquel momento sus manos quemaban por tocar la piel de Demetri, pero era algo que no podía permitirse, no iba a permitirse aquel estúpido impulso que nada haría por ella - eres superior a esto, puedes soportarlo - se repetía mi mente una y otra vez.

Y allí estaba nuevamente el arrogante Demetri Vulturi, solamente lograba alejarlo unos cuantos segundos antes de que irremediablemente volviese a aparecer, era superior a él y ella lo sabía, pero esta vez notaba su voz diferente, no parecía tan demandante como al principio, aquello le gustaba, al menos podrían intentar terminar la plática de forma cordial, solo quedaba que él la dejase ir y todo solucionado - no te creo, y si no te importa por que no quieres dejarme ir - respondió de la misma forma que él, susurrando en forma grave pero contra su cuello, pues el chico era más alto que ella. No podía más que tratar de mantener alejado de ella aquellas estúpidas esperanzas que crecían en su interior -no le interesaste antes, no es diferente ahora - se reprendia interiormente.

Cuando hablo acerca de su don, no pudo hacer más que imaginarse y preguntarse si realmente sería capaz de utilizar su don contra Demetri. En el pasado solamente lo había hecho una vez, y había sido solamente porque él había querido conocer hasta que punto era capaz de controlar a las personas - sabes que jamás sería capaz de obligarte con mi don - comentó en un susurro casi imperceptible, pero sabía él lo escucharía.

No sabía si realmente había ocurrido o simplemente lo había imaginado, pero el cuerpo de Demtri se tensó durante algunos casi imperceptibles minutos, pero aquello era algo que no tomaría demaciado en cuanta, Mel sabía que por tomar demaciado en cuanta cosas de las que no estaba segura había terminado como estaba, así que lo mejor sería ignorar todoa quello y seguir. Por fin el chico había decidido soltarla, y ella estaba a punto de agradecerle por ello cuando soltó la siguiente frase, que fue un balde de agua fría para ella. Él la había dejado ir una vez...aquella vez nisiquiera había tenido la más mínima demostración de que le molestara en lo más mínimo que ella se fuese, sino que simplemente dejo que las cosas pasaran así sin inmiscuirse siquiera. Tampoco intento buscarla luego, cosa que hubiera sido realmente fácil para él, su don la hubiese descubierto en cuestion de minutos, pero pese a ello, había podido estar sola y tranquila durante un siglo sin saber de él, lo que le había dejado claro que no le interesaba que fuese de su vida - lo se - susurró mientras daba un paso lejos del chico, pero esta vez no fue capaz de volver a clavar su vista en la de él.

Y seguía podiendo el dedo en la herida, ¿es que acaso no le bastaba ya con todo lo dicho hsata ahora?...al parecer no, no era suficiente - tal vez no es como pensabas que era, solamente idealizaste a Demetri, no es el real - se reprendio nuevamente, había sido una ilusa y ahora había estado a punto de caer nuevamente, pero agradecía que le hubiese abierto los ojos de esa forma, rápida, lastimosa e hiriente, pero efectiva. Pero ya estaba, lo peor ya había pasado, el chico la había rechazado un siglo atrás y ahora la pisoteaba en el piso nuevamente con sus frias palabras. Ahora era momento que la fria e inaccesible Melinda apareciese otra vez, ahora ya estaba todo dicho, no tendría que volver a dirigirle nuevamente la palabra a Demetri a menos de que fuese estrictamente necesario dentro de la guardia, así que al menos algo bueno había salido de todo esto - soy mejor que eso, y lo sabes - habló fuertemente mientras se volteaba y caminaba rápidamente, tratando de parecer humana hasta avanzar varias cuadras, y se metió al primer callejón vacío que encontro sentandose contra un muro - lo peor paso, ya está.

Demonios, demonios y más demonios…no podía creer que esto estaba pasándole otra vez, no a ella, no después de tanto tiempo. Ya suficiente había ocurrido un siglo atrás, aquello debía hacer sido suficiente para lograr que lo odiase, que no quisiera tenerlo cerca siquiera, que no soportara su presencia, que no le importase que fuera de él…que no existiera en su mundo, haberlo borrado y que quedase solamente lo que debía quedar, la imagen de un compañero de la guardia con quien tendría que trabajar seguramente seguido, pero con quien mantener una relación bastante madura y en miras a un fin común, el que era en estos momentos los cazadores, solo ellos eran los importantes y era en lo único en lo que debía enfocarse, principalmente por eso había vuelto. Extrañaba a la guardia, detestaba estar sola, además que siempre podía ser útil para los maestros el contar con un don mas en contra de aquellos desagradables personajes.

Pero no, ella no podía simplemente quedarse con lo importante, pese al tiempo que llevaba convertida, pese a todo lo que había tenido que pasar, a todo lo que había vivido y aprendido en su nueva condición, no lograba alejar totalmente aquel estúpido sentimentalismo propio de los humanos…patética, eso es exactamente lo que era patética por no ser capaz de dejar el pasado en el pasado y seguir adelante como si nada hubiese ocurrido. No podía simplemente idealizar todo. Siempre había estado acostumbrada a que las cosas salieran como ella quería, gracias a su don, desde humana había logrado que hiciesen cada cosa que ella quería sin tener que desgastarse demasiado, y una vez convertida y con su don en la máxima exponencia, aquello había sido aún más fácil…con todo menos con él. Siempre había sido diferente a los demás, no se dejaba engatusar, o al menos eso era lo que ella pensaba, jamás lo había visto sucumbir ante los encantos de Heidi, pese a que todos los demás lo hacían, tampoco solía enfocarse en cosas que no valiesen realmente la pena. Ella siempre había sentido un gran respeto y admiración por aquel intrépido vampiro, era su creador, quien se encargó de enseñarle muchas de las cosas que ella sabía ahora, mucho había aprendido de él, y en aquel tiempo fue donde todo el problema vino.
Ella era simplemente una chica, inexperta y pase a todo bastante inocente, solía utilizar a las personas para conseguir sus fines cuando así era necesario, pero jamás lo utilizó para su beneficio personas cuando se trataban de cosas trascendentales, tales como lo ocurrido aquella horrorosa noche – deja de pensar en eso – se reprendió mentalmente, ero al instante de envaró nuevamente, el efluvio que minutos atrás había tenido junto a ella se acercaba y solo tenía dos opciones: huir, como había hecho aquella vez, o simplemente dejar que las cosas siguieran el rumbo que debían seguir, no intentaría de nuevo tomar decisiones erradas – ¿es que vas a seguir con esto?, ¿no te basta con todo lo que me dijiste allá, si no que aún queda más? . habló ya sin la mínima intención de controlar su rabia, impotencia, incredulidad y decepción, no podía creer como aquel ser del cual pensó estar enamorada podía llegar a ser tan cruel – volví por mí, porque no soportaba la idea de estar sola más tiempo, porque sabía que tal vez podría ser necesaria, porque para eso fui convertida, para ser útil – terminó soltando aquello que pasaba por su cabeza desde el momento mismo en el que abandono Volterra aquella vez, aquel sentimiento de que ella simplemente había sido alguien conveniente, su don sería útil para la guardia, por ello Demetri la había convertido, y eso es lo que siempre había sido para él, simplemente conveniente.

Por fin había podido descargar todo eso que llevaba dentro desde hace tanto tiempo, ni siquiera se había detenido a pensar si las cosas que estaba a punto de decir eran pertinentes, si realmente quería desahogarse de esa forma y precisamente con Demetri, pero simplemente las palabras escaparon de sus labios sin que ella pudiese hacer nada al respecto, necesitaba que él supiera como se había sentido, que supiera todo lo que había inundado su mente durante décadas, quizás de esa forma podría entender siquiera un poco de todo lo que había causado solo con la poca sutileza, por dejar que ella se engañase estúpidamente, por haberla convertido…Melinda adoraba su condición, siempre lo había hecho, excepto tras aquella noche, en donde se preguntaba cómo habría sido su vida si aquel atrayente vampiro no hubiese aparecido en su vida de forma repentina, dejándola sin defensas y completamente a su merced en aquel momento. No podía creer como el chico jamás previó lo que podía ocurrir de aquello, pero no tenía importancia alguna.

Finalmente el chico habló, y hubiese sido mejor que permaneciera con la boca cerrada, cada palabra proveniente de aquellos labios solamente hacían que la decepción, que había aparecido tras el dolor que simplemente ya se había convertido en parte de ella en lo referente a Demetri, creciera muchísimo más. Al parecer el verdadero Demetri Vulturi estaba apareciendo frente a ella, todo lo que ella había creído de él ahora parecían simples fantasías, se sentía algo estafada, se había enamorado de un vampiro creyendo que era, lo que al parecer, no era su naturaleza – eso es exactamente algo que podría esperar de ti – soltó sinceramente y algo venenosa. La despreocupada Melinda estaba regresando, y probablemente no era lo mejor que podía ocurrir en aquel momento, que volviese aquella careta de frialdad, aquel escudo contra los ataques la mantendría segura, era cierto, pero tampoco permitiría a nadie acercarse demasiado, siempre resguardada, eso haría de ahora en adelante, sus sentimientos se convertirían en algo personal, no volvería a demostrar nada, no servía de nada, los sentimientos solamente existían para amargar la existencia, así que simplemente los ignoraría.

Ante la pregunta del chico Melinda simplemente se levantó con una postura bastante altiva. Ya era suficiente de sentimentalismos, ella era una mujer fuerte y capaz de enfrentar lo que fuese, un simple capricho no sería trascendental en su vida, esto moriría aquí, ahora y mientras más pronto, muchísimo mejor – se que esa es la razón. Por supuesto, una humana con un talento sorprendente, que conveniente que justo el gran Demetri Vulturi estuviese allí para contemplarlo – comentó con voz falsamente divertida – entonces simplemente tuvo que abordar a la pobre humana tonta, fue fácil, unas cuantas palabras, más el simple encandilamiento lograron su propósito, una nueva adquisición para la guardia – dijo mientras daba una carcajada de ironía. Pudo percatarse como el rostro de Demetri se contraía, notaba su tensión, pero ya no le interesaba, nada de lo que tuviese relación con él le interesaría más, no seguiría dejando que el chico la pisotease más de lo que ya lo había hecho – tal vez tengas razón, y no tenga idea. Pero te aseguro que es algo que no importará más para mí, no te preocupes que no volveré a molestarte, simples compañeros de guardia, solo lo conveniente…

Tenía que controlarse, tenía que lograr que sus facciones se relajaran, mostrar aquella expresión que había tenido que aprender a duras penas, aprender a que lo mejor para mantenerse siempre impasible a cada problema, no tomarse en serio, nada que no fuese solamente necesario: como las misiones y ordenes por parte de los maestros, el resto de las cosas podían dejarse para el final, si es que llegaba a tomarlas en cuenta. La dulce Melinda había desaparecido y no tenía intención alguna de que volviese a aparecer, suficientemente mal lo había pasado por culpa de dejarse llevar por sentimentalismos que nada hacían por su causa.
Las palabras salidas de los labios den chico intentaban entrar en ella, pero simplemente prefería bloquearlas, no había nada que hiciera que quisiese creerle, él no había hecho nada por darse credibilidad y ella no estaba dispuesta a permitir sentir debilidad alguna, ahora sería una digna integrante de los Vulturi: fría, calculadora, manipuladora, con un don utilizable dentro de la guardia y principalmente letal. Sonrió ante sus palabras, ella sabía que quizás no había sido la única razón, ella sabía que era mucho más que simplemente un don útil para la guardia, pero él no podía negar que ese había sido el principal motivo por el cual la había buscado como humana, sabía que los humanos eran convertidos por ello siempre que sus habilidades ayudaran a los propósitos que ellos buscaban.
- Se que valgo muchísimo más que por mi don, que soy mucho más que útil por mi habilidad de controlar por medio de un poco de contacto. Pero es solo por eso por lo que me buscaste, solo por eso fui en algún momento importante para ti… – le dijo de forma tranquila, no quería que Demetri fuese capaz de seguir percibiendo su enojo y decepción, ahora solamente irradiaban tranquilidad, él no volvería a tener el poder de perturbarla – si es que alguna vez lo fue, claro
Su cercanía repentina hizo que se le pusiesen los pelos de punta, el nerviosismo fue algo que no puedo evitar del todo. Estaba acorralada entra el muro de piedras tras de ella, y Demetri, quien tenía sus brazos a ambos lados de su cuerpo, dejándola sin escapatoria, a menos que hiciese fuerza, y en tal caso él seguía siendo más fuerte que ella, su única oportunidad sería utilizar el don, algo que no era capaz de hacer. Su pregunta fue clara y concisa, y mi respuesta tenía que serlo también, un simple “si”, frío y que no dejara lugar a dudas, entonces tendría todo lo que quería, mantenerlo lejos y que cada uno pudiese seguir como si nunca hubiera pasado nada entre nosotros, simplemente compañeros, tal como había repetido tantas veces…- pero, ¿ eso es lo que realmente quieres Mel?, ¿realmente quieres que se aleje y hacer como si nunca hubiese ocurrido nada? – preguntó una voz en su interior haciendo que su estómago se contrajera. Sus labios se abrieron levemente para responderle aquel rotundo sí, pero nada salió de ellos, sino que simplemente se quedo así, con la mirada clavada en la suya, sus labios entreabiertos y las palmas de las manos contra la muralla.

Él que contestara de esa forma la ayudaba a mantener su frialdad, a mantener su mente enfocada en lo que debía hacer, y en no hacer aquello que podría hundirla aún más. Pero pese a que su forma de actuar para con ella era realmente un punto a favor de sus pensamientos, no podía negar que cada una de sus palabras desagradables le llegaban como una puñalada, haciendo crecer aquel vacío que se había instalado en su pecho y que parecía no tener intención alguna de desaparecer. Pensaba que todas las cosas estaban dichas y aún así allí estaban, frente a frente ambos al parecer sin intención de cambiar aquello.

Pero las siguientes palabras de Demetri extrañaron a la chica, especialmente aquella forma casi estrangulada de decirla, con los dientes apretados y demostrando algo de enfado, algo que no podía entender, que más le daba a él que es lo que pasaba por mi cabeza respecto a sus intenciones…Pero no podía pensar con demasiada claridad, los ojos del chico la tenían completamente hipnotizada. Especialmente tras aquel momento complicado para ella, al no ser capaz de pronunciar un simple “si”, y es que por más que quisiera pronunciar aquella poco complicada palabra, no podía, y era algo desesperante.

Al escucharlo pronunciar que aún esperaba una respuesta, pero no podía darle su respuesta…quería decirle que sí, que lo mejor sería que se alejase de ella, que de esa forma por fin podría dejar atrás todo aquello que había sido una piedra en el zapato para ella, que si alguna vez había sentido el más mínimo de cariño o afecto por ella que la dejaría en paz, pero no podía…por un demonio que no podía, y no quería decírselo. No se sentía capaz de decirle que la dejase en paz, no quería alejarlo de ella, pero tampoco iba a decirle que no quería que se alejase de ella, no le daría la posibilidad de que supiese lo débil que era con él.

No podía seguir con la vista en la del chico, la tenía total y tremendamente cohibida, especialmente en el momento en que la vista de Demetri se desvió hacia los labios de ella, haciendo que los sintiese arder y cosquillear, debiendo guiar su vista hacia el suelo. Sabía que parecía una cobarde, pero ya no le interesaba, no era capaz de mantenerse tranquila, de mantenerse impasible, no quería que desapareciera de su vida, pero tampoco lo quería cerca…no sabía que quería y tampoco sabía que ocurría con el chico, se sentía confundida y su estómago estaba tomado – ¿por qué me haces esto? – susurró con la voz estrangulada mientras sus manos se contraían en puños nuevamente, sus ojos cerrados fuertemente. Si hubiese sido humana, seguramente sus ojos estarían llenos de lágrimas de impotencia y desesperación.