Me dejé caer con un suspiro sobre la silla, frente a la gran mesa de roble oscuro repleta de archivos y papeles. Pestañeé varias veces, tratando de acostumbrar mis ojos a aquella extraña luz que siempre se hacía presente allí abajo. Nunca me acostumbraría.
Meneé la cabeza, dejándolo pasar y acercándome a un extremo de la mesa. Manoteé uno de los papeles y lo ojeé con atención. Estuve un buen tiempo leyéndolo de arriba a abajo, tratando de encontrar algo, información, lo que fuera, pero finalmente me di por vencida con un hondo suspiro. Lo dejé a un lado y tomé otro.
Estaba decidida a encontrar más información acerca de los detestables vampiros. Quería hallar aquello que me ayudara a vencerlos de una vez por todas. Llevaba días y días yendo a la misma hora a este mismo lugar, sin que la suerte me sonriera. Pero estaba decidida; en algún momento conseguiría lo que quería.