Solo hay una cosa que me falta para que mi No-Vida sea perfecta, tu [Aro Volturi]

Los días habían pasado delante de mi como si solamente hubieran sido un par de horas.
Seguía sentada en la silla de madera oscura, altamente detallada y con el asiento forrado con terciopelo rojo. Delante de mi había una ventana grande de un cristal tan limpio que era, prácticamente, traslucido. Seria traslucido para un humano, pero yo podía ver pequeños destellos y detalles que muchos ojos no eran capaz de ver.
El aire del exterior entraba a la habitación y movía son suavidad mi pelo castaño húmedo y mojado por el agua, haciendo que las gotas cayeran en la alfombra.
Lo único que veía eran los tejados de las casas de Volterra bañadas en un color castaño que procedía de los últimos rayos del sol, los cuales chocaban con mi piel, produciendo que mi cara y mis manos brillaran como si fueran diamantes.
Llevaba en el mismo sitio unos tres días, tal vez cuatro, solo me levantaba en momentos determinados, cuando Heidi trajo humanos para comer o cuando decidí lavarme el pelo hace 25 minutos.
Pero, exceptuando momentos determinados, todo era siempre igual. Yo me quedaba en mi habitación, mirando el exterior desde una ventana o en una sala con Athenodora, y Aro estaba en la sala del trono, día y noche. Todo era siempre tan normal, que las posibilidades de que aquello cambiara eras demasiado escasas. Pero últimamente todo cambia, cosas que jamas creías que ocurrirían ocurren. Jamas pensé que tendría un hijo después de convertirme y mucho menos biológico, y de la noche a la mañana llego Christian. Jamas pensé que Cayo y Athenodora decidieran formar una familia y ahora, tengo un hermosa sobrina llamada Anya. Asi que Quien dice que las cosas no pueden cambiar? ¿Quien dijo que mi esposo ahora, sin ningún motivo no iba a entrar sin ningún motivo, solo para verme?

El tiempo pasa lento, los segundos pasan como si fueran horas hasta que la presencia tan familiar y conocida se hizo notoria. Parecía que el tiempo quera ir en mi contra, la eternidad pasa lenta cuando estoy sola, sin embargo, cuando estoy con el los momentos son tan escasos y pasan tan rápido que no puedo aprovecharlos y disfrutarlos como yo quería, pero aun así estaba agradecida de ellos.
Aguardaba al otro lado de la puerta entreabierta, se que me observa desde el otro lado de la puerta, pero no entra. Su reflejo en el cristal es prácticamente inexistente, borroso, pero al fin y al cabo era hermoso. Los minutos se me hacen largos mientras capto su característico aroma y deseo que se acerque junto a mi y por alguna razón parece que me lo sabe, porque le oigo acercarse, le oigo caminar y respirar detrás de mi.
Noto sus manos sobre mis hombros. El contacto de nuestra piel nuestra no era en absoluto frió,al contrario, era cálido. Sus manos eran mas suaves de las que que recordaba. Ahora solo estabamos nosotros dos solos y estaba dispuesta a provechar a aquel momento como si no hubiera otro. Le sonrei a el, solo a el, acercando mas mi rostro al suyo y le di un ligero y suave beso en la mejilla. No parte mi rostro del suyo, apoye mi cara ligeramente en su rostro sin separarme de el. Cerre los ojos para poder disfrutar mas de el.